Los números no mienten
Por Leonardo Gabriel Forgia, Gerente General de KALCIYAN TECNOLOGÍA DEL VIDRIO S.A.
Uno de los pensadores más lúcidos de nuestro tiempo es el candiense Vaclav Smil. Bill Gates dice que “no hay ningún autor cuyos libros me gusten más”. Este profesor universitario es autor de más de cuarenta libros que tratan de temas tan diversos como la renovación energética, la producción de alimentos, políticas públicas y cambios medioambientales.
En su último libro, recientemente traducido al español, “Los números no mienten. 71 historias para entender el mundo” me encontré un relato muy conocido por quienes desarrollamos nuestra actividad profesional en el mundo del vidrio, aberturas y fachadas pero a veces tan ajena al público general e incluso a los tomadores de decisión gubernamentales en el capítulo titulado “Ventanas: una solución energética transparente”. En el mismo detalla con mucha claridad que mientras los gobiernos van buscando soluciones técnicas no comprobadas como minirreactores nucleares o fotosíntesis genéticamente mejorada dejan pasar por alto algo totalmente comprobado como la utilización de una correcta aislación térmica en los edificios comerciales y residenciales que en países como Estados Unidos consume el 40% del gasto energético seguido de lejos por el transporte con el 28%.
Adicionalmente hace una explicación bien simple entre el aislamiento de un vidrio simple frente a los diferentes tipos de acristalamientos con doble vidriado, triple vidriado, vidrios capa, gas, etc. que pueden reducir hasta un 90% el consumo de energía de manera científicamente comprobada. Esto además de lo que los involucrados en el sector sabemos de confort térmico, acústico y aspectos de seguridad.
Por su localización geográfica, Canadá, el autor hace especial hincapié no solo en el doble vidriado sino algo, quizás no pertinente a la mayor parte de nuestro territorio, el triple vidriado. Pero concluye que, la física es indiscutible pero la economía manda y que mientras no existan los marcos regulatorios adecuados el avance en este sentido será lento.
Finalizando su artículo interpela a grandes inversores, entidades gubernamentales, ONG protectoras del medio ambiente con una pregunta “¿Por qué quieren algunos visionarios invertir en misteriosas tecnologías de conversión energética que bien pueden no funcionar y que, incluso si lo hicieran, probablemente tendrían efectos secundarios perjudiciales para el medioambiente? ¿Qué hay de malo en el simple aislamiento?”.
Hace algunos años comenzamos desde nuestro sector a bregar por la seguridad en los acristalamientos, legislación de vidrio seguro, normativas de organismos como el IRAM, la CAVIPLAN entre otros se han hecho eco de estas iniciativas. Una nueva época nos convoca a proteger el medio ambiente y ahorrar energía, desde los intelectuales más relevantes del mundo nos interpelan para que comencemos a hacer suya su pregunta “¿Qué hay de malo en un simple aislamiento?”. En definitiva, siempre, los números no mienten.